Confesamos una debilidad especial por París, y lo cierto es que nos parece difícil decidir cuál es la mejor época para viajar y explorarla. Pero si nos presionan, diríamos que la primavera tal vez sea el momento más ideal de todos. Te explicamos por qué.
Cada estación en París tiene un encanto peculiar que no se repite en otras épocas del año. El invierno tiene la Navidad y las festividades de Año Nuevo, y después llegan los momentos menos turísticos de todo el año. El verano con sus calores y sus aglomeraciones de gente tiene también sus ventajas: las orillas del Sena se convierten en bulliciosos centros sociales de recreo, y hasta arena y tumbonas aparecen en algunos trechos de la ribera.
El otoño y la primavera son el equilibrio perfecto: días templados, no tantos turistas y buenos precios en alojamiento y vuelos, además de que la ciudad se llena de color, ya sea por las flores en primavera, o por las hojas cambiantes de los árboles otoñales.
Al final, tú decides, claro, y todo depende un poco de tus gustos y tu presupuesto. Sigue leyendo este artículo para conocer a detalle qué ofrece París en cada estación del año. Tal vez la mejor solución (si tienes tiempo y dinero) ¡hacer cuatro viajes!
Primavera
Empieza tímida, a finales de marzo. Con su clima cambiante, entre lluvioso y soleado, con temperaturas que rondan entre los 5o y los 13o de media, este mes es uno de los mejores para evitar tanto el turismo masivo como los extremos de frío o calor correspondientes al invierno y el verano. Además, en marzo se celebran el Día del Macarrón y el Día Nacional del Queso.
Abril y mayo son los meses en los que la primavera se torna en un espectáculo floral, que da comienzo con los cerezos y los castaños en flor de abril, y se sigue con los rosales y demás flores en mayo. Son meses ideales para caminar, pasear, hacer picnics en los jardines y parques y disfrutar del deporte nacional: sentarse en la terraza de un café y observar a los parisinos en sus ires y venires.
En abril se celebra el maratón de París, un evento alegre y masivo que anima mucho la capital por unos días, y ese mes también podrás vivir la Semana Santa y la locura chocolatera que se apodera de los parisinos. Si te gustan los libros, puede que quieras que tu viaje coincida con la gran feria del libro francesa, Livre Paris, que se celebra en primavera.
Mayo tiene unas cuantas citas musicales en la ciudad: es el mes de dos festivales importantes, uno de jazz, el Festival de Jazz de Saint Germain-des-Prés, y otro más rockero, experimental y post-punk, el Villette Sonique. Este último ofrece un programa que combina conciertos gratuitos con otros de pago, y además tiene lugar en un lugar muy hermoso. Es también un gran mes para hacer un tour de los castillos alrededor de París.
Verano
¡Vacaciones escolares! ¡Calor, noches de cenas en terrazas, fuera abrigos! El verano es el momento ideal para conocer la vida callejera de la capital, y aunque hay muchos turistas, también muchos parisinos salen de la ciudad. En agosto puede que te encuentres con algunos restaurantes y pequeñas boutiques cerradas. Los franceses se toman muy en serio su descanso estival.
Junio, julio y agosto están llenos de eventos culturales y de motivos para salir a los parques, jardines y riberas del Sena a disfrutar del buen tiempo y la compañía de los amigos. A finales de junio, se celebra el Desfile del orgullo en París, una excelente excusa para visitar la ciudad y compartir momentos divertidos.
En julio se celebra la gran fiesta de Francia, la liberación de la Bastilla del 14 de julio, o como dicen ellos, Le Fête Nationale. Espera fuegos artificiales por la noche, un gran concierto de música a los pies de la Torre Eiffel, y por el día, un enorme desfile militar (el más grande en Europa), que termina con una impresionante demostración aérea de la Patrouille de France, el equipo de acrobacias aéreas del ejército francés.
El mes de agosto también tiene su fiesta nacional a finales de mes, el 25 de agosto, para celebrar la derrota del ejército nazi por las fuerzas aliadas. Durante este mes también encontrarás partes de los muelles del Sena transformados en playas urbanas, algunos con piscinas y todo. El evento se llama Plage Paris y suele extenderse desde principios de julio hasta finales de agosto.
Otoño
Tal vez el momento más romántico para visitar París, la estación es perfecta para un viaje en pareja. París regresa a la rutina trabajo-escuelas, y los números de visitantes empiezan a bajar, con el consiguiente descenso en las tarifas de hoteles y vuelos.
Septiembre y octubre siguen siendo meses templados, casi calurosos, y no es infrecuente que en octubre suceda un pequeño verano con temperaturas deliciosas para pasear por parques y jardines, que desde finales de septiembre se empiezan a teñir con los colores cálidos del otoño.
También empieza en esta temporada la agenda cultural de la capital. El Festival de Otoño de París, por ejemplo, que empezó en 1972, empieza en septiembre, combinando teatro, danza, artes visuales y música en un programa que se extiende por muchos escenarios —y que dura mucho más allá del otoño, hasta febrero.
Hay que pasear por los jardines y parques, pero sobre todo en otoño nos encanta visitar el cementerio de Père Lachaise, donde seguro están descansando eternamente algunos de tus héroes culturales. Si vas, saluda a Édith Piaf de nuestra parte.
Aprovecha cuando haga buen tiempo para hacer tours a pie, como por ejemplo uno de nuestros favoritos, el de Montparnase, o para darte un buen paseo por el Sena en un barco.
Invierno
El cruel invierno tiene su lado dulce y alegre, por supuesto. Aunque haga frío y lluvia, aunque los días sean cortos, París en invierno tiene un encanto enorme, y es que vas a sentir la ciudad en su momento más íntimo, en el que pocos visitantes se atreven a venir.
Fuera de las bulliciosas fechas festivas de diciembre y principios de enero, en las que París se enciende de luces, mercados navideños y fiebre de compras, la temporada invernal es ideal para conocer los grandes museos como el Louvre o el Museo de Orsay con una relativa tranquilidad y sin multitudes, o para hacer un tour de Notre Dame, por ejemplo.
Tampoco encontrarás las filas enormes del verano para subir a la Torre Eiffel, y con el frío seguro te entrará hambre y podrás disfrutar de las maravillas culinarias francesas en esta ciudad con un número bárbaro de restaurantes con estrella Michelin. Lo cierto es que es difícil comer mal en París, y no necesitas gastarte un ojo de la cara para descubrir la auténtica cocina parisina.
¿Qué has decidido?
Esperamos que este artículo te haya ayudado a decidir, o tal vez ahora estés más confundido. No te preocupes: ve cuando puedas, y seguro que será un viaje inolvidable. La Ciudad de la Luz es muy especial y tiene algo para todos, en todas las épocas.
Te recordamos también que Go City ofrece dos pases en París: el Pase Explorer y el Pase Todo Incluido, para que puedas ahorrar en las entradas a las atracciones principales de la ciudad y más allá. El Pase Explorer tiene entre muchas otras atracciones, Disneyland Paris, y el Pase Todo Incluido reúne más de 80 actividades, monumentos, museos y experiencias culinarias, para que viajes sin perderte nada. ¡No te lo pienses más! ¡Y cuéntanos cómo te fue en nuestras redes sociales!