Los mejores mercados de Roma

Maria Ermitas Barrasa Rodriguez

La tradición de los mercados romanos se remonta a la época del emperador Trajano, que instaló su enorme mercado cubierto en pleno foro romano allá por el siglo II. Todavía se pueden visitar las fascinantes ruinas de ese antiguo paraíso de las compras en la Via dei Fori Imperiali, en el extremo opuesto al Coliseo. Merece la pena visitarlo, el mercado contaba con seis pisos en los que llegó a haber cientos de locales comerciales.

Aunque sigue en pie, hoy día, el Mercado de Trajano es la sede del Museo de los Foros Imperiales, por lo que ya no podrás abastecerse en él de productos básicos de la antigua Roma, como trigo, hidromiel, togas, sandalias, urnas, fundas de móvil o imanes para la nevera. Pero no te preocupes, para eso te hemos preparado una selección de los mejores mercados de la Roma del siglo XXI, que por suerte aún conserva muchos vestigios de su pasado antiguo, pero también cuenta con productos más adaptados a nuestra era.

Nuestra selección incluye:

  • Campo de' Fiori
  • Porta Portese
  • Fontanella Borghese
  • San Cosimato
  • Borghetto Flaminio
  • Campagna Amica
  • Mercado navideño de Piazza Navona

Campo de' Fiori

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Aunque no es tan antiguo como el gran Mercado de Trajano, Campo dei Fiori ostenta el título del mercado más antiguo de Roma que continúa en funcionamiento. Esta explosión de aromas y colores inunda Roma todas las mañanas excepto los domingos desde 1869.

En la Edad Media, la plaza era un prado lleno de flores, y el nombre Campo dei Fiori se refiere precisamente a esos orígenes campestres. Pero el nombre no se ha quedado obsoleto a pesar de que la zona se haya convertido en una plaza urbana, ya que en el mercado encontrarás todo tipo de flores de temporada, desde románticas amapolas toscanas hasta preciosas gerberas multicolor. Déjate llevar por el olfato para localizar los puestos gastronómicos, donde te esperan deliciosos pasteles caseros, panes recién horneados y sabrosos quesos italianos. Por supuesto, también descubrirás algunas de las hortalizas locales más frescas, como alcachofas violetas, enormes setas de la familia del boletus (porcini) y fresquísimas puntarelle (una variedad de achicoria).

Si no tienes intención de cocinar durante tu viaje de turismo a Roma, basta con que te acomodes en uno de los simpáticos cafés de la plaza y disfrutes de un espresso con cannoli mientras contemplas el bullicio del mercado.

Porta Portese

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Si eres fan de los mercadillos y los rastros, no te puedes perder la diversión dominical de Porta Portese, el mercadillo más grande de toda Roma. Los puestos comienzan en la antigua puerta de la ciudad de la que toma su nombre y se extiende a lo largo de kilómetro y medio de distancia. Recorre la calle principal y las callejuelas aledañas, y encontrarás de todo, desde camisetas y bufandas de los equipos de fútbol romanos: Roma y Lazio, hasta viejos discos de vinilo de grandes glorias de la música italiana, como Pavarotti, Zucchero y Andrea Bocelli.

Pero eso no es todo... también encontrarás cómics antiguos, periódicos viejos, platería antigua, artículos de cuero, montañas de ropa, películas kitsch y prácticamente cualquier otro artículo vintage que se te ocurra. Puede que tengas que besar a muchas ranas hasta encontrar a tu príncipe, pero, quién sabe, si rebuscas lo suficiente, puede que acabes encontrando el sable láser de Luke Skywalker de edición limitada que siempre quisiste tener.

Consejo: llega al mercado lo antes posible y afina bien tu estrategia de regateo (en italiano, a ser posible) para conseguir los mejores artículos a los mejores precios.

Fontanella Borghese

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Si te gustan los libros antiguos, las tarjetas, las postales, los sellos y en general todo lo que esté impreso en un papel, no puedes perderte el mercado de Fontanella Borghese, también conocido como Mercato delle Stampe. Evita las trampas para turistas de los alrededores (las impresiones baratas idénticas de un puesto a otro te darán la pista) y bucea entre productos auténticos y con solera, seguro que encuentras un buen recuerdo para llevarte a casa de tu viaje a Roma.

Incluso si no encuentras nada que te convenza entre los legajos, la plaza del mercado, situada entre la Via del Corso y la orilla oriental del Tíber, es un lugar estupendo para pasar un buen rato contemplando la majestuosa fachada del Palazzo Borghese a un lado y el hermoso edifico de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Roma al otro.

San Cosimato

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Situado en una bonita plaza del tranquilo barrio romano de Trastevere, San Cosimato es uno de los mercados favoritos de quienes buscan productos frescos y comerciantes de confianza... algunos puestos frecuentan el mercado desde hace más de 100 años. Aquí se puede comprar pescado fresco, quesos aromáticos, tomates maduros y salamis toscanos. Incluso hay un pequeño puesto de libros y un fabuloso parque infantil.

Más que un mercado, es el lugar de reunión preferido de los vecinos y vecinas de Trastevere para charlar un rato y ponerse al día de los últimos cotilleos. Busca los puestos con las colas más largas, es la mejor manera de asegurarse de que te llevarás los mejores productos... Y, si entiendes italiano, puede que hasta te enteres de algún chisme jugoso.

Borghetto Flaminio

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Quienes frecuentan el mercado dominical Borghetto Flaminio probablemente se resistirían a que su querido emporio vintage fuera descrito como un mercadillo. Y, sin embargo, en esencia, eso es lo que es: artículos de segunda mano que se venden en puestos en el interior de una antigua cochera de autobuses. Pero este no es un mercadillo cualquiera, ¡claro que no! En este paraíso vintage podrás hacerse con todo tipo de tesoros provenientes de la élite romana: inmaculados modelos vintage, relucientes joyas antiguas y elegantes accesorios, como bolsos de marca y fulares de seda.

El mercado del Borghetto Flaminio confía tanto en la calidad de sus productos que incluso cobra una pequeña entrada para acceder. Una vez dentro, descubrirás que, en efecto, parece más una boutique vintage que el típico mercadillo de baratijas y trastos viejos.

Campagna Amica

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Situado junto al Circo Máximo, el mercado Campagna Amica es sin duda uno de los mejores mercados de productos de proximidad de Roma. Se dedica exclusivamente a productos procedentes de un radio de 100 kilómetros, lo que significa principalmente productos de la región del Lacio. No te cortes y ponte hasta arriba de los mejores vinos y aceites de oliva virgen extra de la región. También hay pasta, prosciutto, pecorino y encurtidos en abundancia, así que es muy poco probable que te vayas con las manos vacías.

De hecho, si te entra hambre al ver tanta comida, solo tienes que pedirte un bocadillo de porchetta: paletilla de cerdo asada con ajo calentita y tan jugosa que empapa el pan. Ya con la barriga llena, acércate hasta la Bocca della Verita (boca de la verdad), a la vuelta de la esquina, y atrévete a decirle que no es lo mejor que has probado en tu vida... ¡A ver qué pasa!

Mercado navideño

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Un imponente árbol de Navidad adornado con cientos de luces de colores; el aroma embriagador del vino caliente y las castañas asadas, y la gente que pasea abrigada hasta las cejas: la Navidad no sería lo mismo sin su mercado tradicional. El de Roma, que se celebra a diario en Piazza Navona durante todas las fiestas, tiene de todo: montones de puestos que venden dulces, antigüedades y regalos artesanales únicos, pero también un precioso tiovivo antiguo, una iluminación nocturna que hace suspirar, coros que cantan villancicos y alegría navideña a raudales. ¡No te lo pierdas, si visitas Roma en Navidad!

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Una semana en Roma: ¡todos los planes imprescindibles!

¿Vas a pasar una semana en Roma? ¡Qué suerte la tuya! Mucha gente se equivoca a la hora de calcular el tiempo necesario para disfrutar de Roma a tope. No nos malinterpretes, por poco tiempo que sea, estará bien empleado si lo dedicas a visitar Roma. Pero, haznos caso, la mejor manera de vivir esta fascinante y algo caótica ciudad es con calma, parándote a tomar un espresso siempre que te apetezca y dedicándole todo el tiempo necesario a joyas como el Coliseo o la Capilla Sixtina. Las prisas no le sientan bien a una ciudad tan increíble como Roma. De hecho, hay tanto que ver y que hacer en Roma, que incluso siete días te parecerán pocos, ya lo verás. Precisamente por eso, para ayudarte a organizarte, te hemos preparado un itinerario de una semana en Roma con todos los planes imprescindibles para una primera visita a la Ciudad Eterna. Te los contamos ahora mismo. Nuestra selección incluye: Coliseo Foro Romano Barrio de Trastevere Vaticano Fontana di Trevi Piazza Navona Villa Borghese Panteón Museos Capitolinos ¡Y mucho más! Día 1: Roma Antigua Tenemos buenas noticias para ti: muchas de las atracciones más famosas de Roma se encuentran a poca distancia unas de otras. Por ejemplo, es perfectamente posible visitar el Coliseo, el Foro Romano y el Palatino en un solo día. Empieza por el Coliseo, uno de los anfiteatros de la antigüedad mejor conservados del mundo. Te será muy fácil imaginar los gritos de la multitud que atestaba las gradas para contemplar macabros espectáculos de lucha entre gladiadores y fieras salvajes hace más de 2000 años. Pasea después por las avenidas del Foro Romano para contemplar los restos de toda una ciudad, con sus enormes arcos, sus templos en ruinas, sus imponente columnas y sus majestuosas estatuas. Todo un viaje en el tiempo hasta el corazón de la Roma Imperial. Termina tu visita en el Monte Palatino, donde descubrirás coloridas flores silvestres, ruinas romanas y unas estupendas vistas panorámicas de la ciudad. Cuenta la leyenda que fue en esta colina donde Rómulo y Remo, los míticos fundadores de Roma, fueron criados por una loba. Para terminar tu primer día en Roma, te recomendamos que avances unos cuantos siglos en la historia del arte y te acerques hasta la espectacular Piazza Navona. Esta famosa plaza no es solo la plaza barroca por excelencia de Roma, sino que también es un lugar de lo más animado para pasear, tomarse un helado o cenar algo en una trattoria típica. Día 2: Villa Borghese y otros imprescindibles de Roma Nos hemos venido un poco arriba con el itinerario del segundo día, así que tal vez quieras dejarte alguna de las visitas para un día un poco menos cargado. Recuerda que con nuestro itinerario solo pretendemos darte ideas para que planifiques tu propia semana ideal en Roma. Comienza bien el día con una visita al Panteón, una de las estructuras romanas mejor conservadas de la Antigüedad, con su magnífico pórtico de 12 columnas corintias, sus suelos de mármol y su impresionante cúpula de hormigón con óculo: una abertura central que permite la entrada de la luz del sol (¡y de la lluvia!). Tómate tu tiempo en esta maravilla arquitectónica milenaria, lo merece. Después, camina hasta la Fontana di Trevi, a menos de 10 minuto a pie desde la plaza del Panteón. No querrás irte de Roma sin lanzar la típica moneda a esta imponente (aunque seguramente atestada) fuente, ¿verdad? Tras el ritual, camina otros diez minutos escasos hasta la Escalinata de Piazza di Spagna y prepárate para subir los 135 escalones hasta la cima. Una vez arriba, podrás visitar la majestuosa iglesia de Trinità dei Monti, con sus campanarios renacentistas gemelos y sus frescos del siglo XVII, y, por supuesto, disfrutar de unas vistas increíbles de Roma, con la famosa Piazza del Popolo justo a tus pies. Dejamos para la tarde la visita a los suntuosos jardines y las fastuosas villas de Villa Borghese, donde además podrás visitar la Galería Borghese. Adéntrate en las salas de este hermoso museo y contempla obras maestras de artistas de la talla de Caravaggio, Rafael y Bernini. O, si necesitas un descanso, aprovecha la belleza del entorno y, sencillamente, cómprate un helado y siéntate en el césped a observar a la gente pasar durante un buen rato. Día 3: Trastevere El barrio de Trastevere tiene mucho que ofrecer y, si vas a pasar una semana en Roma, te puedes permitir dedicarle un día entero a esta encantadora zona de la ciudad. No hay mejor lugar para observar la auténtica vida romana mientras recorres callejuelas medievales adoquinadas y pintorescas plazas. El barrio de Trastevere se encuentra a orillas del río Tíber, al sur del Vaticano. Piérdete por sus calles y descubre preciosas iglesias románicas, casas de color ocre cubiertas de hiedra y animadas placitas. Nuestra recomendación particular: mantente alerta y déjate llevar por el olfato... en esta parte de Roma encontrarás algunas de las mejores pizzerías de la ciudad. Aprovecha para subir a la cima de la Colina del Gianicolo, desde donde disfrutarás de unas estupendas vistas panorámicas de Roma. En la colina descubrirás además montones de monumentos interesantes, como una imponente estatua de Garibaldi a caballo, una fuente monumental del siglo XVII con tallas de mármol en forma de águilas y dragones, y un amplio jardín botánico. Día 4: Museos, vistas y mucho más Si lo tuyo son los objetos antiguos, Roma es sin duda tu sitio. Y, más concretamente, los Museos Capitolinos, que se encuentran en lo alto de la Colina Capitolina. Asciende por la elegante escalinata que te llevará hasta la monumental Piazza del Campidoglio, diseñada por Miguel Ángel. Contempla sus imponentes estatuas, sus palacios, sus iglesias... y las estupendas visas del Foro y del Coliseo. Una vez hayas disfrutado de la plaza, entra a los museos para contemplar esculturas clásicas, bronces medievales, cerámica romana y un verdadero tesoro de pinturas y esculturas de artistas como Caravaggio, Rubens, Tiziano y Van Dyck. Entre las obras más destacadas se encuentran la famosa estatua del Galata morente (conocida como Gálata o Galo moribundo) y la icónica Loba capitolina, una pieza de bronce que representa a los míticos fundadores de Roma, Rómulo y Remo, siendo amamantados por la loba, también conocida como Luperca. Tras los museos, continúa tu paseo río abajo hasta la hermosa iglesia románica de Santa Maria in Cosmedin para probar suerte con la Bocca della Verità, una imponente máscara medieval de mármol en cuya boca deberás meter la mano para demostrar tu sinceridad. Supuestamente, solo recuperarás tu mano intacta si la boca decide que eres una persona digna de confianza. Tras esta prueba de fuego (y esperamos que con ambas manos en su sitio) dirígete a la Colina del Aventino para contemplar una de las vistas más curiosas de la ciudad: la cúpula de la Basílica de San Pedro enmarcada por una avenida de cipreses perfectamente cuidados, vista a través del ojo de la cerradura de una puerta que, de no ser por esta carambola, pasaría completamente desapercibida. Con la habilidad suficiente, ¡sacarás unas fotos increíbles! Día 5: Via Appia Antica Un paseo por la Vía Apia es una visita obligada cuando se pasa una semana entera en Roma. Aparentemente congelada en el tiempo, gran parte de esta antigua calzada romana permanece inalterada desde que Julio César hizo marchar a sus ejércitos por ella hace 2000 años. La hermosa avenida adoquinada se extiende a lo largo de unos 65 kilómetros hacia el sur de la ciudad (mucho más corta de lo que era en su época de esplendor, cuando llegaba hasta Brindisi, a más de 500 km de distancia de Roma). Más allá de los altos pinos que flanquean la calzada, hay grandes parques y campos salpicados de montones de monumentos antiguos. Prepárate para contemplar restos de catacumbas, mausoleos, templos, termas, acueductos y murallas. Todo ello en un entorno natural de lo más agradable. Nuestra recomendación: hazte con una bicicleta para poder recorrer más terreno y disfruta de un día entero recorriendo esta milenaria calzada. Naturaleza, ruinas romanas y un picnic. ¿Qué más se puede pedir? Día 6: Basílica de San Pedro, Capilla Sixtina y Museos Vaticanos Ni que decir tiene que el Vaticano no puede faltar en tu itinerario de una semana en Roma y que merece la pena dedicarle un día entero, porque como verás... no es poco lo que te espera en la Ciudad Estado más pequeña del mundo. Para empezar, está la visita a la Basílica de San Pedro y su cúpula. Una vez que los ojos se te hayan acostumbrado a la monumental belleza del Vaticano, pasamos a la estrella del lugar: la Capilla Sixtina; donde no nos extrañaría nada que te pasases varias horas sin poder despegar la vista de los frescos del techo, obra de Miguel Ángel (tómatelo con calma y haz pausas de vez en cuando, no nos gustaría que tuvieras que llevarte un collarín como souvenir de Roma). Para continuar con el festín de arte, nada mejor que los Museos Vaticanos que tienen prácticamente de todo: salas repletas de esculturas griegas y romanas, entre las que destaca el dramático grupo escultórico de Laocoonte y sus hijos atacados por serpientes marinas; pinacotecas con obras de artistas de la talla de Da Vinci, Caravaggio e incluso Van Gogh y Chagall; galerías con tapices de los siglos XVI y XVII, y las llamadas estancias de Rafael: cuatro grandes salas decoradas íntegramente con frescos de Rafael, entre los que destaca la fascinante Escuela de Atenas. Atención a los techos de todas estas salas: si no te fijas demasiado, te parecerá que están esculpidos en relieve, pero en realidad son completamente planos. ¿No es sorprendente que ya en el siglo XVIII se dominase de tal manera la pintura de luces y sombras como para crear ilusiones ópticas en 3D totalmente convincentes? Como ves, no te engañábamos, el Vaticano no se visita precisamente en un santiamén. Termina este intenso día plagado de grandes maravillas de la historia del arte de la mejor manera posible: relajándote con un refrescante spritz y rememorando todo lo que has visto... ¡O también puedes aprovechar para compartir las fotos con todo el mundo! Día 7: Arrivederci, Roma ¿Aún no has comprado ningún recuerdo para llevarte a casa? Será mejor que te acerques el fin de semana al mercado de Campagna Amico, junto al Circo Máximo. Todo lo que aquí se vende ha sido cultivado, criado, horneado o elaborado en un radio de 100 kilómetros. Algunas de las delicias que podrás llevarte a casa en este mercado de proximidad son: vinos afrutados del Lacio, sabrosos aceites de oliva virgen extra, quesos curados de oveja y embutidos variados. Si quieres algo que te dure un poco más (te aseguramos que los productos comestibles no te durarán mucho, especialmente si pretendes compartirlos con tus seres queridos al llegar), pásate por las principales arterias turísticas de Roma en busca de grandes clásicos como llaveros del Coliseo, imanes del Foro Romano, bolas de nieve de la Fontana di Trevi y estatuillas de plástico del Papa Francisco. Con la excusa, puedes visitar de nuevo los monumentos que más te hayan gustado durante tu semana en Roma para darles un último vistazo de despedida. Si no eres capaz de decidirte por unos pocos, también puedes hacerte la ruta del autobús turístico de Roma para decirles "ciao, ciao" a todos ellos. ¡No te pongas triste, seguro que solo es un "hasta la próxima"! Ahorra en Roma con Go City® Esperamos haberte dado unas cuantas ideas para disfrutar de tu semana en Roma con nuestro itinerario de 7 días en la Ciudad Eterna. 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Maria Ermitas Barrasa Rodriguez
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Diez planes relajantes y tranquilos en Roma

La vida del turista es dura, lo sabemos por experiencia propia. Y Roma tiene suficientes monumentos, museos y restaurantes para mantener ocupado durante varios días al más ávido viajero. Pero ¿para qué sirven unas vacaciones si no es para relajarse? ¿dónde está la gracia de ir de un lado para otro todo el tiempo? Aléjate de las zonas turísticas más concurridas, con sus bulliciosas aglomeraciones y las bocinas de los coches a todo volumen, y descubrirás rápidamente otra cara de la Ciudad Eterna, la de las iglesias silenciosas, los picnics en la cima de las colinas y los paseos al atardecer. Sigue leyendo para descubrir nuestra selección de los 10 planes más tranquilos y relajantes que hacer en Roma... Visita el Giardino degli Aranci Este pequeño jardín es conocido entre los lugareños sobre todo por las naranjas amargas que crecen en sus árboles. Su nombre oficial es Parco Savello, pero todos los romanos lo llaman el Jardín de los naranjos. Cómprate algo dulce y un espresso para llevar, y dirígete a los bancos del parque, donde podrás ver pasar el mundo y disfrutar de los aromas cítricos del jardín. La fuente de la entrada está coronada por un rostro de mármol del siglo XVI, y la posición elevada del parque ofrece excelentes vistas de la ciudad. A un lado del jardín está la Piazza dei Cavalieri di Malta, donde una mirada a través del ojo de la cerradura de la puerta que conduce a la Villa dei Cavalieri revela la cúpula de la Basílica de San Pedro perfectamente enmarcada entre los setos del jardín. Cata de vinos Cuando estés en Roma, haz como los romanos: ¡bebe vino! Ya sea un barolo, un chianti o un valpolicella, en VinoRoma encontrarás variedades italianas interesantes y sabrosas. Sus sesiones de cata incluyen información sobre cómo se producen los vinos y los mejores acompañamientos gastronómicos para cada variedad, así como aperitivos tradicionales como los taralli (similares a los picos de pan españoles) y, por supuesto, el importantísimo trío de vinos. Además, el local está situado a tiro de piedra del Coliseo. Relájate en un spa Spa es un acrónimo del latín Salus per Aquam, lo que demuestra que los romanos prácticamente inventaron los balnearios, así que cuando se está en Roma... bueno, ya te haces una idea. Como era de esperar, en la ciudad abundan las opciones de bienestar. El QC Terme Roma es uno de los mejores: ubicado en una antigua casa de baños dentro de un yacimiento arqueológico romano, sus instalaciones terapéuticas incluyen una preciosa piscina termal al aire libre, cascadas revitalizantes, saunas, baños de sal e incluso piscinas con música subacuática. Presumiblemente, música chillout ambiental y nada de AC/DC. Hoteles de lujo como el Trilussa Palace y el Palazzo Montemartini prometen experiencias rejuvenecedoras similares. Ve a un concierto en una iglesia Roma posee algunas de las iglesias más bellas del planeta, la mayoría de ellas centenarias. Los conciertos son una magnífica manera de disfrutar de estos espacios sagrados, entre frescos medievales, vidrieras altísimas, antiguos objetos, estatuas doradas y, en ocasiones, reliquias extrañas. Ya sea un estruendoso recital de órgano, un coro dándolo todo, una orquesta clásica al completo o Los Tres Tenores, no hace falta ser religioso para vivir una experiencia realmente edificante. Paseo al atardecer El atardecer es el momento más romántico de Roma: el cielo se tiñe de naranjas, rosas, morados y rojos, y los monumentos más emblemáticos, como el Coliseo y la Fontana de Trevi, se iluminan con un estilo espectacular. Apúntate a tour a pie por algunas de los lugares más icónicos de Roma, desde la escalinata de la Plaza de España hasta el antiguo Panteón, magníficamente conservado. Tira una moneda en la Fontana de Trevi y pide un deseo, y saca fotos que te convertirán en la envidia de todos tus amigos de Instagram. Pero, sobre todo, relájate y disfruta este paseo en el que sólo te tienes que dejar llevar. Pasa el día en Villa Borghese Si quieres relajarse en Roma, lo mejor que puedes hacer es pasar un día explorando los encantos de Villa Borghese, uno de los parques más grandes de la ciudad. Un paseo por sus arbolados senderos revela impresionantes edificios y monumentos históricos, tranquilas fuentes y hectáreas de exuberantes jardines. Visita las numerosas grandes villas que salpican el recinto, incluida la que da nombre al parque y que ahora alberga la Galería Borghese, con su magnífica colección de obras de Rafael, Caravaggio, Tiziano y otros. Renta una barca para remar por el lago y contemplar de cerca el Templo de Esculapio, del siglo XVIII. O asiste a una obra de teatro en el Globe Theater, basado, por supuesto, en el teatro londinense de Shakespeare y con obras (principalmente) shakesperianas en su programación. Las obras son en italiano y la temporada del teatro va de finales de junio a principios de octubre. El café más relajante de Roma El bistró Romeow, en el barrio de Ostiense, destaca por dos razones principales: su conmovedor grupo de gatos y su simpático nombre, un juego de palabras entre “Roma” y “meow”, que es “miau” en inglés. La comida es excelente: en el restaurante ofrecen una selección de coloridos platos veganos italianos, mientras que el bistró es el lugar ideal para tomar un buen café y sabrosos pasteles caseros, acompañados del relajante sonido de varios gatos ronroneando. Con unos pasteles tan buenos que querrás pedir un segundo trozo y unos simpáticos gatitos como compañía, ¿qué puede no gustarte? Cena, monumentos, and all that jazz ¿Qué se obtiene cuando se combina el jazz en directo con una cena y un tour guiado? Nada más y nada menos que el TramJazz, una aventura musical única por las calles de Roma. Sube a bordo del Stanga 1947, un tranvía antiguo iluminado con velas que ahora es un restaurante rodante y una sala de conciertos que recorre los monumentos de la ciudad mientras tú cenas con el relajante sonido de fondo de una banda de jazz en directo. Al aperitivo le siguen tres platos, servidos mientras recorres poco a poco la metrópolis, con paradas en Villa Borghese y oportunidades fotográficas en el Coliseo y el Circo Máximo. Se trata de una experiencia única y casi onírica, tanto si eres un fan del jazz o no. Picnic en Monte Mario Justo fuera de los límites de la ciudad, y con unas vistas excepcionales de Roma, Monte Mario es la colina más alta de la ciudad, con 139 metros de altura. Por supuesto, la subida a la cima quizá no sea lo que tenías en mente cuando, buscando actividades relajantes y tranquilas en Roma, encontrarte este artículo, pero la paz y la relativa soledad que se respiran aquí arriba, junto con esas maravillosas vistas panorámicas bien merecen el esfuerzo. Llévate un picnic —burrata, pecorino, salami, y pan fresco para empezar, cannoli y una botella de barolo de postre— y túmbate sobre la hierba para dar un descanso a tus cuádriceps antes de emprender el viaje de vuelta. Un taller de pintura con comida y vino Este viaje a Roma puede ser el momento en el que por fin te atreves a tomar un pincel y explorar tu talento para la pintura. Si ya la practicas, sabrás que no hay nada más relajante que pasar un rato pintando, sobre todo si estás en buena compañía y puedes tomar unos vinos para desinhibirte y soltar la mano. Toma un taller de pintura en Roma para crear un recuerdo imborrable y, quién sabe, tal vez hasta una obra maestra. Hasta aquí nuestra lista de planes relajantes y tranquilos en Roma. Tenemos otro consejo más, y es que consideres el Pase Explorer de Go City en Roma, con el que podrás aprovechar al máximo tu tiempo y gastar lo mínimo en el costo combinado de las entradas a las atracciones principales de la Ciudad Eterna. ¡Cuéntanos cómo te fue en Instagram o Facebook, y síguenos para enterarte de nuestras promociones! (Tenemos otros pases en muchas otras ciudades del mundo. Con Go City, viajar es más fácil.)
Anna Rivero

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