Qué hacer en Viena para tu cumpleaños
Si tu idea de un gran cumpleaños es pastel, arquitectura barroca, avenidas deslumbrantes, jardines perfectos, galerías de arte, pastel, norias históricas y, sí, más pastel, has venido al lugar adecuado. Viena tiene todo eso y mucho más. De hecho, hay tantas cosas que hacer en Viena para celebrar un cumpleaños que no te quedará más remedio que elegir. Hemos recopilado nuestras 10 mejores maneras de celebrar que vuelves a cumplir 21 años en la Ciudad de los Sueños:
- Paseo por la Ringstrasse
- Sachertorte sensacional
- Nadar al aire libre
- Palacio de Schönbrunn
- La noria más antigua del mundo
- El beso de Gustave Klimt
- La Ópera de Viena
Paseo por la Ringstrasse
El centro histórico de Viena está rodeado por uno de los bulevares más bellos del planeta. La Ringstrasse (o simplemente "Ring" para los vieneses) es un paraíso de 5 kilómetros para los Instagramers, con grandes cafés, palacios perfectos y edificios monumentales del siglo XIX como la Ópera Estatal de Viena de estilo neorrenacentista o el Ayuntamiento neogótico. En términos de turismo, esta épica ruta arbolada lo tiene todo. Puedes recorrerla a pie (mejor a primera hora de la mañana, antes de que lleguen las multitudes) o ahorrarte una fortuna en zapatos subiendo y bajando de los tranvías que recorren la ruta. No te pierdas el impresionante Stadtpark, con su opulento monumento a Johann Strauss, ni la Escuela Española de Equitación, donde podrás admirar a los caballos que entrenan allí, en un entorno majestuoso de estilo barroco dentro del magnífico Palacio de Hofburg.
Pastel de cumpleaños
Un cumpleaños sin pastel no es un cumpleaños. Por suerte para ti, Viena es uno de los mejores lugares del mundo para darse un capricho dulce, con montones de strudels, pasteles y tartas para morirse. Entre ellos destaca la legendaria Sachertorte, un delicioso y denso pastel de chocolate que combina la ligera acidez de la mermelada de albaricoque con la exquisitez cremosa de la ganache de chocolate negro.
La historia de la Sachertorte es casi tan larga como la Ringstrasse, con una "guerra de pasteles" de siglos de antigüedad entre los autoproclamados creadores que sigue retumbando en nuestros días. El legendario Café Sacher ganó el derecho legal al título en los años 60 en un juicio, pero eso no ha impedido que su acérrimo rival, el Demel, siga haciendo sentir su presencia. La única forma de saber cuál es el mejor es probar los dos. Al fin y al cabo, es tu cumpleaños.
Un chapuzón de cumpleaños
Pasa tu cumpleaños chapoteando alegremente en uno de los maravillosos cuerpos de agua de Viena. ¿Naciste en verano? Haz como los vieneses y zambúllete en el Danubio. El lago Alte Donau es uno de los favoritos de los vieneses y sin duda una de las cosas más divertidas que hacer en Viena gratis. A sólo siete paradas de la céntrica Stephansplatz encontrarás hermosas playas, lugares para nadar y restaurantes de pescado.
Si, por el contrario, tu cumpleaños cae en enero, quizá prefieras el calor relativo de una de las piscinas cubiertas de la ciudad, de las que Amalienbad es la favorita indiscutible. No te dejes intimidar por la modesta fachada de hormigón: el interior es un auténtico caleidoscopio de impresionante arquitectura Art Nouveau y Art Déco, con grandes balcones, coloridos mosaicos y, sí, una fantástica piscina climatizada.
Palacio de Schönbrunn
En una ciudad repleta de bellos edificios barrocos, el Palacio de Schönbrunn es la joya de la corona. Este suntuoso palacio de la Regencia rezuma opulencia y grandeza. Visita sus salones dorados y paséate por el glorioso pabellón Gloriette en los jardines, donde se encuentra uno de los mejores cafés de la ciudad. ¿Listo para más pasteles? El famoso "Strudelshow" del palacio muestra cómo se prepara el tradicional postre vienés, y puedes probarlo tú mismo en el Palmenhaus, el inmenso invernadero tropical de Schönbrunn con unas 4,500 especies de plantas exóticas, además de una cafetería.
Sube a la Wiener Riesenrad
La vieja noria Wiener Riesenrad es un icono del horizonte vienés y lleva más de un siglo erguida sobre la extensión verde del parque del Prater, con una altura de 64 metros. En la actualidad es la noria más antigua que se conserva en el mundo, fue también la más alta del planeta entre 1920 y 1985, y sigue siendo una de las cosas más divertidas que hacer en Viena hoy en día. Tómate unos selfies de cumpleaños con panorámicas sobre los tejados de la ciudad hasta la catedral gótica de San Esteban, el Danubio azul brillante y más allá.
¡Más pastel!
No puedes visitar Viena sin pasar un rato en una típica cafetería vienesa, tomando un buen expreso y compartiendo otra porción de Sachertorte. El Café Central es uno de los mejores y más antiguos de la ciudad, con sus altos techos abovedados y una impresionante muestra de pastelería para que se te haga la boca agua. Además, estarás en buena compañía: esta cafetería fue la guarida de gente como Sigmund Freud, León Trotsky o el célebre escritor austriaco Stephan Zweig, que seguro venían aquí a celebrar su cumpleaños.
Romanticismo en el Belvedere
El Belvedere es un edificio barroco famoso por su extensa colección de arte austriaco, que incluye más obras de Schiele, Funke y Klimt que ningún otro museo del planeta. Entre ellas, quizá la obra más famosa de Klimt, El beso, del llamado periodo dorado del maestro. Si consigues acercarte lo suficiente a esta popular obra maestra, tendrás la oportunidad perfecta para hacer un memorable selfie de cumpleaños.
¡Brida por tu salud!
Un cumpleaños sin cócteles es como una cena de Navidad sin pavo (o sin besugo al horno, o sin cordero asado), así que aprovecha para celebrar tu día especial visitando algunas de las coctelerías más divertidas de Viena. Krypt es un incondicional de la escena, con su sótano abovedado al que se accede por una pequeña escalera que es mejor bajar antes de tomar cualquier tipo de licor. Prueba un daiquiri de zanahoria o un afrutado y dulce Pineapple Express. Otro lugar que nos gusta es Der Dachboden, el bar de la azotea del moderno Hotel Twenty Five Hours, donde se sirven tragos coloridos mezclados por expertos mixólogos, con unas magníficas vistas de Viena.
Crucero por el Danubio
El hermoso y ancho río que atraviesa Viena es tan querido por sus habitantes que Johann Strauss, el hijo más famoso de la ciudad, compuso un himno en su honor en 1866. Descubre qué es lo que confiere a esta ancha vía fluvial su atractivo eterno (y tararea para tus adentros la conocida melodía) en un crucero panorámico por sus sagradas aguas, contemplando por el camino algunas de las mejores obras arquitectónicas ribereñas de Viena. Hay muchas variantes del tour por el Danubio vienés, pero asegúrate de elegir una que incluya comida, cena o, como mínimo, una porción de strudel de manzana; al fin y al cabo, es un día para darse un capricho.
Una noche en la ópera
¿Qué mejor manera de celebrar tu cumpleaños en Viena que pasando una velada en uno de sus edificios más célebres? Nos referimos, por supuesto, a la épica Ópera Estatal de Viena, un magnífico y monumental edificio renacentista con un característico tejado de cobre patinado y un gran vestíbulo repleto de bustos de los grandes compositores: Beethoven, Schubert, Haydn y muchos más. Vístete para impresionar y dirígete al interior del cavernoso auditorio para asistir a conmovedoras representaciones de obras como Carmen, Tosca, Madama Butterfly, La Traviata y muchos otros clásicos atemporales.
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