Los mejores souvenirs en Roma para llevar de recuerdo a casa

Te hemos preparado una guía de los mejores recuerdos y souvenirs que te puedes llevar de Roma.

ACTUALIZADO EL SEPTIEMBRE DE 2024
Bandera italiana con albahaca, pasta y tomate. Los mejores recuerdos de Roma.

Un viaje a Roma es inolvidable por muchas razones: la pizza romana, esos monumentos antiguos magníficamente conservados, los románticos paseos por los jardines de Villa Borghese... Pero, si tu memoria ya no es lo que era, probablemente querrás un recuerdo de tus vacaciones para llevarte a casa, o tal vez un regalo especial para un ser querido. En cualquier caso, estamos aquí para ayudarte con nuestra guía de los mejores souvenirs de Roma.

Los mejores recuerdos de Roma

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La basura de un turista es el tesoro de otro y, como la mayoría de las capitales que se precien, Roma está repleta de baratijas y chucherías asequibles que servirán para dibujar una sonrisa nostálgica en el rostro de sus propietarios durante muchos años. Hablamos de los omnipresentes imanes de Vespa para la nevera (disponibles en todos los colores bajo el sol italiano) y de pequeños adornos con la forma de la Fontana de Trevi, la Loba capitolina, la Boca de la verdad y el Panteón. Y, por supuesto, el Coliseo es uno de los más importantes. Los recuerdos relacionados con el anfiteatro más famoso del mundo parecen no tener fin. Llaveros, tapones de vino, tazas, camisetas, trapos de cocina, estatuillas de gladiadores e incluso bolas de nieve: si se te ocurre algo más, probablemente ya exista.

¿Y qué más? Puedes adquirir rosarios, crucifijos, joyas y velas votivas en las tiendas de regalos oficiales del Vaticano en la Plaza de San Pedro. O, si lo prefieres, puede comprar las imitaciones más baratas en cualquier otro lugar. Incluso puedes conseguir una efigie del Papa Francisco en bronce o mármol. También puedes llevarte un muñeco de plástico más asequible, aunque es poco probable que lo encuentres en el Vaticano o en sus alrededores...

Y claro, puedes ir a comprar alta costura italiana a lo largo de la exclusiva Via dei Condotti, pero ¿quién necesita comprar ropa de Armani, Valentino, Dolce & Gabbana cuando puedes hacer como el Papa Francisco y dirigirte a Gammarelli? Abierta en 1798, esta tienda vende una amplia selección de prendas eclesiásticas y es la sastrería oficial del mismísimo Papa. Hazte con un par de sus famosos calcetines rojos para ti o para un familiar, con la seguridad de saber que son un regalo mucho más original que los calcetines de los “días de la semana” que le regalas a tu padre cada Navidad.

Recuerdos personalizados de Roma

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Nada más conmovedor que un regalo personalizado para alguien, y ¿qué hay más italiano que un trozo de mármol? Estas dos cosas se unen en perfecta armonía en La Bottega del Marmoraro, en Via Margutta, a la vuelta de la esquina de la Plaza de España. Al entrar en este minúsculo agujero en la pared, se tiene la sensación de haber entrado sin querer en el taller de un antiguo artesano romano: las paredes están repletas de placas de mármol con inscripciones y las estatuas y bustos se agolpan en las esquinas.

El amable propietario, Enrico Fiorentini, estará encantado de inscribir cualquier mensaje que desees en un pedazo de mármol, para ofrecerte lo último en regalos personalizados. Las pequeñas tablillas de mármol con mensajes cortos cuestan unos pocos euros y te garantizan un recuerdo de gran calidad por tu dinero (eso sí, no es un regalo ligero). Sugerencia: piensa bien en una frase o lema que signifique mucho para un amigo o ser querido e intenta no irte con una inscripción que diga, por ejemplo, “María estuvo aquí - 2022”.

Oro líquido

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La reputación de Italia por sus excelentes vinos es prácticamente inigualable, como sin duda atestiguará cualquiera que haya bebido un chianti o un pinot grigio. En Roma encontrarás buenos vinos de casi todas partes, desde la Toscana hasta Apulia y Cerdeña. Pero si buscas algo más típico de Roma, prueba a hacerte con un par de botellas de Cesanese tinto afrutado, la bebida más característica de la región del Lacio, aunque ciertamente menos omnipresente que el Merlot local (igualmente excelente).

También se pueden comprar vinos blancos secos de la comuna de Castelli Romani, al sur de la ciudad. Los encontrarás en cualquier tienda de vinos decente de Roma, o en el Campagna Amica, un mercado de fin de semana situado junto al Circo Máximo que se dedica casi exclusivamente a los productos de la región del Lacio, incluyendo el vino.

Este mercado, sin duda uno de los mejores de Roma, es también el lugar ideal para hacerte con auténticos aceites italianos, como por ejemplo un sabroso y aterciopelado aceite de oliva virgen extra o un aromático aceite de trufa. Acompáñalo con un vinagre balsámico, y será el regalo perfecto... para ti, claro.

Chocolate y queso

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Ya que estás allí, ¿por qué no dar rienda suelta a tu lado hedonista con quesos regionales? Claro que también puedes adquirirlos en las fantásticas queserías de Roma, pero no hay nada más auténtico que recibir una degustación gratuita directamente del productor que los ha fabricado. Elige tus favoritos y compra kilos de cremosa mozzarella de búfala, intenso pecorino romano, y suave y dulce ricotta. Tu único reto será volver a casa sin comértelo todo.

En el mercado también encontrarás embutidos, conservas y pasta en abundancia, así que es poco probable que te vayas con las manos vacías. En lo que a pasta se refiere, te recomendamos encarecidamente que compres la tuya aquí en lugar de sucumbir los omnipresentes paquetes de pasta con formas fálicas de Roma. Créenos: a nadie le hará gracias cuando las sirvas sin querer a los suegros en tu próxima cena.

¿Prefieres el dulce? La tradición chocolatera italiana es legendaria. Encontrarás decenas de tiendas que venden bombones y chocolates. Los mejores se encuentran en las tiendas de auténticos chocolateros artesanos, como Moriondo & Gariglio, cerca del Panteón. Con casi dos siglos de experiencia chocolatera, la calidad viene garantizada. Muchos de sus chocolates se elaboran siguiendo recetas tradicionales del siglo XIX.

Recuerdos clásicos de Roma

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Algunos de los mejores recuerdos de Roma son también los más sencillos. ¿Qué tal, por ejemplo, un buen artículo de cuero italiano? La centenaria tienda Mancini se encuentra a dos pasos del Panteón y ofrece los maletines y maletas que le dieron fama en su día, así como cinturones, bolsos, carteras y muchos otros accesorios de gran calidad. O si buscas algo más especial, inténtalo en tiendas de cuero más pequeñas y familiares, que pueden estar más dispuestas a hacerte artículos a medida. ¿Alguien quiere una falda de gladiador y unas sandalias de romano?

Mientras tanto, no toda las piezas de cerámica y cristalería que se exhiben en tantos escaparates y puestos de la ciudad están destinadas a romperse en mil pedazos en el equipaje de vuelta a casa. Para encontrar lo mejor (cerámica robusta, de buena calidad y fabricada por auténticos artesanos), evita las trampas para turistas y dirígete a Studio Forme, cuyos jarrones, platos, tazas y adornos únicos destacan por su colorido y sus diseños clásicos.

Considerada una de las mejores tiendas de souvenirs de Roma, L'Artigianato, en la Piazza Navona, también es ideal para comprar cerámica, y mucho más. ¿Cristal de Murano? Sí. ¿Menaje de casa italiano de diseño? Sí, aquí mismo. ¿Ajedrez y damas? Por supuesto. ¿Estatuas y bustos de emperadores romanos? ¡Adelante!

Y hasta aquí nuestra lista de los mejores souvenirs de Roma. Esperamos que te sea de ayuda. Por otro lado, no podemos irnos sin antes sugerirte que consideres el Pase Explorer de Go City para tu viaje a la Ciudad Eterna. Con este pase turístico podrás disfrutar de las mejores atracciones de la ciudad a un precio reducido (y así lo que ahorres te lo puedes gastar en pizza, vino y quesos, yeiiii).

Anna Rivero
Experto/a de viajes de Go City®

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Qué hacer en 2 días en Roma

¿Tienes dos días para visitar Roma? No entres en pánico. Ok, tal vez dos días no son suficientes para volverse romano. Tampoco te va a dar tiempo a ver todos los grandes monumentos de Roma, ni a pasear por los caminos menos trillados y admirar las joyas escondidas en cada barrio de esta fabulosa ciudad desde donde se expandió un imperio del que todavía hoy en día sentimos la influencia. El truco para aprovechar al máximo dos días en Roma es planear con antelación, es decir, escoger qué quieres ver antes de llegar, especialmente si viajas acompañado, ya que así evitarás perder tiempo en decidir. A continuación, para hacerte la vida más fácil, te proponemos un itinerario con varias alternativas para cada día. Muchas de las entradas a los monumentos, tours y servicios que reseñamos aquí vienen incluidas en el Pase Explorer de Go City. Con nuestro pase, ahorrarás dinero, y aprovecharás al máximo tu tiempo. Día 1 – Big Bus – Los principales de Roma Por suerte, las grandes atracciones de Roma se encuentran muy cerca unas de otras. El centro de la ciudad es compacto y está llenísimo de tesoros de la antigüedad y de todas las épocas que han ido dejando su rastro en las calles adoquinadas y plazas romanas. Dirígete a la estación Termini y espera al autobús turístico Big Bus o el City Sightseeing Rome (las dos compañías operan la misma ruta y tu Pase Explorer te da acceso a ambos autobuses). El servicio funciona desde las 9 de la mañana hasta las 6:30 de la tarde, y puedes bajar y subir en cualquiera de las paradas durante todo el día. Los autobuses pasan cada 10-15 minutos, y la ruta entera se completa en poco menos de dos horas. Por ejemplo, podrías darte la vuelta completa y después seguir utilizando el servicio como transporte para ir de un sitio de interés a otro. Una opción para este primer día son los sitios arqueológicos más famosos del mundo: el Coliseo, la Colina Palatina, el Circo Máximo, el Foro, y por supuesto el Panteón. Puedes hacer un tour a tu propio ritmo con una audioguía que te llevará por el Coliseo, el Foro y la Colina Palatina y que te llevará aproximadamente dos horas. Después de tanta ruina, tal vez tengas ganas de pasear por algún parque y sentir la vida contemporánea de la ciudad. Te sugerimos ir directamente al parque más popular de Roma, el de Villa Panphili, y llevarte un picnic para merendar allí mismo. Si quieres unas vistas de la ciudad para tomar fotos, dirígete ya sea al Jardín de los Naranjos o al mirador del Gianicolo, ambos en la colina Janiculum, donde también se ubica el precioso Jardín Botánico (si vas en primavera, no te lo pierdas). Para tomar algo por la noche y tal vez escuchar algo de música en directo, ve al barrio del Trastevere, donde se concentran los bares de moda de la ciudad. Para comer, te recomendamos Le Mani in Pasta para la pasta, Ai Marmi para las pizzas o Nanarella para las especialidades romanas. En cuanto a bares, prueba el San Calisto, uno de los más antiguos del barrio, el Babylon, con su impresionante colección de cócteles, o la Enoteca Ferrara, con una magnífica carta de vinos italianos. Día 2 – El Vaticano – Los Museos Capitolinos – Tours guiados Ya sabemos que no te va a dar tiempo a verlo todo, pero todavía tienes un día, y un día tiene muchas horas. Tal vez quieras visitar el Vaticano. Mucha gente viene a Roma solo para visitar el corazón palpitante del catolicismo, y no necesitas ser católico para apreciar la grandiosa arquitectura y las maravillas del arte que hay aquí. El país más pequeño del mundo tanto en territorio (menos de 50 kilómetros cuadrados) como en habitantes (unos 800) guarda una cantidad de tesoros impresionante, empezando por la gran obra maestra de Michelangelo, la Capilla Sixtina. Alrededor del Vaticano tienes muchas opciones para comer y seguir con tu día. Para la tarde te proponemos varias opciones de paseos guiados por guías expertos (ojo: algunos de estos tours solo se dan en inglés). Puedes escoger entre el barrio del Trastevere, o el interesantísimo barrio judío de Roma, una de las comunidades más antiguas de judíos en el mundo. O, si quieres seguir con el tema cristiano y no sufres claustrofobia, haz el tour de las catacumbas de Roma. Se encuentran en el Parque Regional de la Antigua Vía Apia, un espacio verde rodeado de calzadas romanas, con antiguos restos de villas y termas, y las famosas Catacumbas de San Calixto. Ten en cuenta que solo se hacen dos tours al día, el de la mañana de 9:30 a 12 horas, y el de la tarde (que es el que te proponemos), de 14 a 17 horas. Otra opción para tu segundo día son los Museos Capitolinos, en el mero centro de Roma. Aquí tienes tres palacios dedicados al arte antiguo (lo más “moderno” que te puedes encontrar es tal vez a Caravaggio y a Rubens). Rinde pleitesía a la famosa estatua de bronce que representa a la loba amamantando a Rómulo y Remo, y después aprovecha el resto del día para caminar por las laberínticas calles de Roma y descubrir la ciudad a tu ritmo por unas horas. Si de pronto te encuentras en la Piazza di Sant’Eustachio, busca el café del mismo nombre y tómate un espresso a nuestra salud. Si te gusta mucho, te puedes llevar una lata de café para moler en casa. Nos lo vas a agradecer. Algunos consejos generales para viajar a Roma Reserva las entradas a las atracciones más populares como el Coliseo o los Museos Vaticanos con mucha antelación. Sobre todo, si viajas con tiempo limitado, es mejor reservar las entradas en línea (o adquirir el Pase Explorer de Go City). Si vas en verano: ve a visitar los sitios arqueológicos que están a la intemperie lo más temprano que puedas. Lleva ropa ligera y cómoda, sombrero, lentes para el sol, sombrero, crema de protección solar, y un sombrero. ¿Ya lo entendiste? Vas a necesitar un sombrero. ¡Aprovecha para conocer las catacumbas! La temperatura es deliciosa bajo tierra. Trae tu botella de agua reusable, no importa la estación. En Roma el agua de la llave (el grifo) es potable y de alta calidad. Además, la ciudad dispone de muchas fuentes de agua, algunas muy hermosas y antiguas; se llaman “nasoni” (narizones). Puedes bajarte una aplicación para encontrarlas o consultar la ubicación de las fuentes en una página web. ¡Hay una dentro del Foro! Es una ciudad muy densa, ruidosa, y la fama de su tráfico infernal no es una leyenda. Hay que hacer como los romanos, y tomárselo con serenidad y buen humor. Pero si eres de los que cualquier ruidito te quita el sueño, te sugerimos no olvidarte de tus tapones para los oídos. Pueden salvarte la noche. Lleva zapatos súper cómodos, unos que ya hayas usado y comprobado que funcionan bien. Muchas calles de Roma son de adoquines, así que olvídate de los tacones. ¡Usa el transporte público! Haz un plan que incluya un viaje en metro o autobús. Es la mejor forma de cubrir largas distancias en la ciudad, y además así convives con los romanos y su vida cotidiana. Por último, en el Vaticano y en muchas iglesias de la ciudad que siguen en funcionamiento, hay que respetar el código de vestimenta. No se permiten faldas ni pantalones cortos, ni gorras, ni hombros descubiertos. Así que en caso de que viajes en primavera o verano, lleva un chal ligero en el bolso para cubrirte cuando lo necesites. En resumen... Dos días Roma es más que suficiente para hacer un poco de turismo y visitar los grandes hits de la ciudad, conocer un par de barrios, comer delicioso, e incluso disfrutar de la vida nocturna romana. Planea bien tu viaje, no seas demasiado ambicioso, y no olvides dejar algo de tiempo para callejear, perderte e improvisar. Para aprovechar tu tiempo al máximo y ahorrar en las entradas a las principales atracciones de Roma, considera adquirir el Pase Explorer de Go City. ¡Dos días en Roma no tienen por qué salir tan caros! Además, si echaste tus moneditas en la fuente, no te quedará más remedio que regresar.
Anna Rivero
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Roma en agosto

En la plenitud del verano mediterráneo, Roma en agosto ralentiza su ritmo frenético. Aunque es la temporada alta del turismo, muchos romanos aprovechan las vacaciones escolares para salir de su ciudad (como hacen muchos otros seres humanos en todo el planeta). Esto se traduce en menos tráfico y congestión, pero verás que algunos establecimientos (restaurantes, tiendas, peluquerías, etc.) permanecen cerrados, y las filas para las atracciones principales pueden ser un poco más largas que en otras épocas. Pero con un poco de paciencia y planeación, se pueden evitar las situaciones desagradables. Después de todo, ¡estás en la ciudad de la dolce vita! Si quieres tomar nota de algunos consejos generales para viajar a Roma en verano, puedes leer nuestro artículo de Roma en julio. Aquí te sugerimos una pequeña guía esencial de qué hacer en la Ciudad Eterna en agosto. Conoce la Roma antigua Cualquier viaje a la ciudad eterna está destinado a incluir sus lugares más emblemáticos. Tanto el Coliseo, el anfiteatro antiguo más grande que se construyó durante el Imperio, como el Panteón, el templo para todos los dioses con su cúpula, una hazaña arquitectónica que aún hoy en día causa admiración, ofrecen una visión única de la vida cotidiana y el esplendor de la cultura romana. El Foro, centro ceremonial y político de la Roma antigua, es el otro gran sitio arqueológico embutido en la cotidianeidad romana, pero lo cierto es que te vas a cruzar con muchos otros lugares a cada paso. Esta es una ciudad en la que las capas de su historia son visibles y forman parte del paisaje urbano. Por ejemplo, hay otro anfiteatro romano, el Teatro de Marcelo (más antiguo que el Coliseo) donde en verano se celebra una serie de conciertos al aire libre, el festival Concierti del Tempietto. En verano también te vas a alegrar de poder visitar las catacumbas, donde además del fresquito que hace bajo tierra, podrás sentir los ecos de las primeras comunidades clandestinas de cristianos. El país más chiquito del mundo El corazón del catolicismo es un elemento fundamental del atractivo histórico y cultural de Roma. La Ciudad del Vaticano es al mismo tiempo uno de los centros religiosos más visitados del mundo, la residencia permanente del Papa, y el país más pequeño del planeta. Además, cuenta con las impresionantes obras de arte y arquitectura de la Capilla Sixtina y la Basílica de San Pedro, así como con una de las mayores colecciones de arte del mundo, albergada en los Museos Vaticanos. Así que, aunque sea el país más chiquito del mundo, vas a necesitar mucho tiempo para explorarlo. Aparta todo un día para esta actividad, y asegúrate de que cumples con el código de vestimenta para la visita (tendrás que llevar los hombros cubiertos, y no están permitidos la gorra, los pantalones ni las faldas cortas), pero si te pilla de sorpresa, no te apures: a la entrada venden ponchos para los desprevenidos. Picnic en Roma Un día que no haga demasiado calor, ir de picnic a una de las colinas de Roma es una idea excelente para descansar de la ajetreada vida de turista. Compra algo de comida para llevar, un vino fresco, y dirígete a uno los jardines y parques de la ciudad, algunos con vistas incomparables. En el Jardín de los Naranjos (Giardino degli Aranci), en la colina Aventina, es un lugar mágico desde donde se puede ver hasta la colina Palatina y todas la torres y cúpulas que tus ojos puedan imaginar (hay una salumeria famosa muy cercana, la Volpetti, donde puedes comprar comida para tu picnic). Otro lugar con una vista panorámica de la ciudad es la colina del Janículo (Beldevere del Gianicolo). Desde un punto de este parque cada día unos guardias uniformados lanzan un cañonazo que anuncia las 12 del mediodía, con la idea de que todos los campanarios y relojes de Roma estén sincronizados (una tradición que empezó antes de los teléfonos inteligentes, obviamente). Fuera de ese momento, la colina es un lugar tranquilo, con amplios espacios verdes para disfrutar de un picnic (y hasta una siesta). En este parque también se encuentra el jardín botánico de Roma, el Orto Botanico dell'Università di Roma "La Sapienza". El parque predilecto de los romanos es el de Villa Panphili, el más amplio y popular en el centro de la ciudad. Ve allí para sentir la vida cotidiana de Roma, relajarte entre los árboles y descubrir magníficos edificios y fuentes. Un día de excursión En caso de que el calor en la ciudad se vuelva realmente insoportable y tengas algún día extra en tu viaje a Roma en agosto, agarra tu traje de baño y ve de excursión a alguna de las playas cercanas a la ciudad. Hay muchas a menos de una hora de trayecto, y si vas entre semana no estarán demasiado abarrotadas. En nuestro artículo de Roma en julio te damos más detalles sobre las playas romanas, pero de todas formas aquí te va un mini resumen: Ostia, Fregene y Maccarese son tres lugares que puedes considerar para tu escapada al mar, y también Santa Severa, que, aunque se encuentra un poco más lejos, tiene el atractivo añadido de un antiguo castillo medieval a la orilla de la playa. No solo está el mar; también puedes escaparte al lago Bracciano, también a una hora de Roma. El agua de este lago surte a la ciudad, y por eso no se pueden practicar aquí los deportes acuáticos ni utilizar lanchas motoras. La calidad del agua es excelente para nadar, y puedes visitar los pueblos de Bracciano o Manziana para comer y disfrutar las vistas. Para terminar... Un par de consejos más: si puedes, renta una Vespa por unos días. Es la manera más fresquita de moverte por la ciudad, y son fáciles de estacionar. En su defecto, también puedes alquilar una bici eléctrica por unas horas y hacer alguna de las rutas que te propone la autoguia con la que viene equipada la bici. ¡Tómate un café a nuestra salud en la legendaria cafetería Sant’Eustachio! Nuestro último consejo es que no vayas a Roma sin tu pase de Go City, con el que podrás ahorrar en la entrada a las atracciones principales de la ciudad y completar tu itinerario con algunas de las experiencias y actividades que están en nuestra lista. ¡Fai un buen viaggio!
Anna Rivero

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