Siempre es buen momento para visitar Roma, con su imponente arquitectura antigua, su animada vida cultural y su deliciosa gastronomía, cualquier época es buena. Pero si no te gustan las aglomeraciones de gente, tal vez lo pases regular durante los meses más templados del año... Nuestra recomendación: opta por el invierno.

Los inviernos romanos no son extremadamente fríos y, aunque llueve de vez en cuando, también es muy probable que disfrutes de unas cuantas horas de sol al día. Roma nunca se vacía del todo, está claro, pero la cantidad de turistas disminuye bastante durante el mes de enero. Así que, si lo que buscas es una experiencia más auténtica y menos turística, no lo dudes y escápate a Roma en enero. ¡Seguro que además los precios de los vuelos y el alojamiento también te salen más baratos que en plena temporada alta!

Roma en enero

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Temperatura media: 2 oC - 13 °C • Días de lluvia: 7 días/mes • Horas de sol: 4 horas/día

Pasados ya los grandes festejos navideños y la Nochevieja, Roma tiende a volver a sus índices habituales de turismo de temporada baja. Por supuesto, las atracciones más famosas de la capital nunca se vacían de turistas del todo, pero enero y febrero son probablemente los meses más tranquilos del año en la capital italiana.

Por eso, aunque haya que abrigarse un poco más, hay quienes prefieren el invierno para visitar Roma. Al haber menos gente, la entrada a los principales monumentos de la ciudad es mucho más fácil y las plazas en los cafés, bares y restaurantes más solicitados son más abundantes. Como guinda del pastel, la mayoría de las aerolíneas y hoteles también ofrecen tarifas de temporada baja, que suelen ser algo más bajas que las de la temporada alta.

Como ocurre durante la mayor parte del invierno, las temperaturas durante el mes de enero en Roma oscilan entre frías y agradablemente frescas, lo que complica un poco la planificación de las actividades al aire libre. Nuestra recomendación es que lleves varias capas de abrigo para poder ponerte y quitarte ropa a medida que suban o bajen las temperaturas durante el día. Lo que sí es prácticamente seguro es que lloverá al menos un día durante la semana, así que no te olvides de meter el paraguas o el chubasquero en la maleta.

Qué hacer en Roma en enero

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Entre los lugares que más se benefician de la menor afluencia de público en enero, los Museos Vaticanos y la Basílica de San Pedro son los más visitados. Aparte de algunos actos religiosos a lo largo del mes y las habituales misas dominicales, este es uno de los periodos más serenos del Vaticano, lo que te ofrece la oportunidad perfecta para explorarlo sin tener que esperar colas kilométricas o tener que abrirte camino entre la multitud para alcanzar a ver la belleza del lugar.

También es un buen momento para explorar las estrechas y ya de por sí un tanto claustrofóbicas Catacumbas Romanas. Cuanta menos gente compitiendo por el oxígeno ahí abajo, mucho mejor, ¿no? Podrás recorrer una parte de los más de sesenta pasadizos subterráneos un tanto macabros que se extienden a lo largo de cientos de kilómetros bajo la ciudad, adornados en ciertos tramos con espeluznantes esqueletos romanos auténticos que datan de los siglos II al V.

Durante el mes de enero en Roma, también tendrás una de las mejores oportunidades para hacerte una foto en la Fontana de Trevi, en la Escalinata de Plaza de España y en Piazza Navona sin tener que estar horas esperando a encontrar un hueco entre la multitud. Aprovecha el día más soleado de tus vacaciones para recorrer las calles de Roma y hacerte todas las fotos típicas en los lugares clave de la ciudad.

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Los museos pueden ser un refugio fantástico en caso de lluvia, o si el día amanece especialmente frío, y en Roma tendrás montones entre los que elegir. La Galería Borghese, por ejemplo, es uno de los museos de bellas artes más importantes del mundo, además de que se encuentra en un precioso palacete de principios del siglo XVII rodeado de un encantador jardín. En su interior, podrás admirar las obras de algunos de los artistas más famosos de Italia, como Rafael, Caravaggio y Bernini.

También nos encanta como actividad invernal una visita al Castel Sant'Angelo, un edificio romano construido por orden del emperador Adriano, que hoy alberga una excelente colección de pinturas y armaduras. Pero, sobre todo, no te pierdas la terraza del castillo, desde la que disfrutarás de unas increíbles vistas panorámicas de Roma. Y si lo que te interesa es la arqueología, pon rumbo a los Museos Capitolinos, donde podrás contemplar estatuas, pinturas y mosaicos, procedentes de la Roma clásica.

Planes especiales en Roma en enero

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Fiesta de la Epifanía

El 6 de enero es día festivo en toda Italia. La Epifanía marca el día en que los Reyes Magos llegaron al pesebre del Niño Jesús. Y, para celebrarlo, en Roma se organizan varias fiestas durante la noche del 5 al 6 de enero en diferentes plazas y parques de la ciudad. Si paseas esa noche por el centro de Roma, lo más probable es que te encuentres con música en directo, gente bailando, disfraces, atracciones de feria y actividades familiares.

Pero los Reyes Magos no son los más famosos del lugar durante esta fiesta en Roma, ya que, en Italia, quien trae regalos durante la madrugada del 6 de enero es una bruja buena conocida como la Befana. Por la noche, esta bruja que todo lo sabe se cuela por las chimeneas de las casas y deja regalos y dulces a quienes se han portado bien, y carbón a quienes se han portado mal. Si no tienes claro lo que te espera, déjale una ofrenda de vino y pasteles a la Befana antes de irte a dormir, puede que así se le ablande el corazón y te perdone las travesuras del año pasado.

El día de la Epifanía se celebra en Roma la cabalgata Viva la Befana, que recorre varias calles históricas de la ciudad. Comienza en Via della Conciliazione y termina en la Plaza de San Pedro, y en ella encontrarás a los Reyes Magos acompañados de camellos, caballos, pajes, caballeros medievales... y, por supuesto, la Befana. Si viajas en familia, puede ser una actividad divertida para ese día.

Festa di Sant’Antonio Abate

Otra fiesta religiosa importante durante el mes de enero en Roma es la Festa di Sant'Antonio Abate. San Antonio Abad es el patrón italiano de los animales domésticos, por lo que, en su día, el 17 de enero, se celebra la Bendición de los Animales. Así que no te extrañes si ese día te topas por Roma con animales de granja y mascotas de todo tipo que peregrinan hasta la Plaza de San Pedro para recibir su bendición.

Aprovecha el día señalado para visitar la Chiesa di Sant'Antonio Abate. Puede que te encuentres con el santo en precesión, además de con animales en busca de su bendición y demás festejos. Esta iglesia del siglo XIV se encuentra entre la gran Basílica de Santa María la Mayor y la Plaza de Vittroio Emanuele, así que te puedes hacer un recorrido turístico de lo más completo.

Rebajas de enero en Roma

El primer fin de semana después de Año Nuevo, comienzan las rebajas de invierno en Italia. En toda Roma, grandes y pequeños comercios aprovechan esta oportunidad para ofrecer gran parte de sus existencias con descuentos a menudo impresionantes, de hasta del 70% en algunos casos. La mayoría de las rebajas duran lo que duran las existencias, a veces hasta finales de febrero. Si buscas una excusa para comprar algún recuerdo de tu viaje a Roma, no hay mejor momento para hacerse con una buena ganga.

Ahorra en Roma con Go City®

Como ves, hay montones de cosas que ver y hacer en Roma en enero. Y si además de aprovechar al máximo tu visita a Roma en enero también quieres ahorrar a lo grande en las entradas para las principales atracciones y experiencias de Roma, solo tienes que hacerte con un pase turístico de Go City®. ¡La mejor manera de ahorrar mientras haces turismo!

Maria Ermitas Barrasa Rodriguez
Maria Ermitas Barrasa Rodriguez
Escritor/a de viajes freelance

Mitas es una traductora de español afincada en Madrid que disfruta acercando todo tipo de historias al público hispanohablante, ya sea en forma de videojuegos, novelas o blogs de viajes. Cuando no está tomando café y jugando con las palabras, a Mitas le encanta emplear su tiempo en viajar, ir a conciertos y ver teatro, mucho teatro.

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Roma en agosto

En la plenitud del verano mediterráneo, Roma en agosto ralentiza su ritmo frenético. Aunque es la temporada alta del turismo, muchos romanos aprovechan las vacaciones escolares para salir de su ciudad (como hacen muchos otros seres humanos en todo el planeta). Esto se traduce en menos tráfico y congestión, pero verás que algunos establecimientos (restaurantes, tiendas, peluquerías, etc.) permanecen cerrados, y las filas para las atracciones principales pueden ser un poco más largas que en otras épocas. Pero con un poco de paciencia y planeación, se pueden evitar las situaciones desagradables. Después de todo, ¡estás en la ciudad de la dolce vita! Si quieres tomar nota de algunos consejos generales para viajar a Roma en verano, puedes leer nuestro artículo de Roma en julio. Aquí te sugerimos una pequeña guía esencial de qué hacer en la Ciudad Eterna en agosto. Conoce la Roma antigua Cualquier viaje a la ciudad eterna está destinado a incluir sus lugares más emblemáticos. Tanto el Coliseo, el anfiteatro antiguo más grande que se construyó durante el Imperio, como el Panteón, el templo para todos los dioses con su cúpula, una hazaña arquitectónica que aún hoy en día causa admiración, ofrecen una visión única de la vida cotidiana y el esplendor de la cultura romana. El Foro, centro ceremonial y político de la Roma antigua, es el otro gran sitio arqueológico embutido en la cotidianeidad romana, pero lo cierto es que te vas a cruzar con muchos otros lugares a cada paso. Esta es una ciudad en la que las capas de su historia son visibles y forman parte del paisaje urbano. Por ejemplo, hay otro anfiteatro romano, el Teatro de Marcelo (más antiguo que el Coliseo) donde en verano se celebra una serie de conciertos al aire libre, el festival Concierti del Tempietto. En verano también te vas a alegrar de poder visitar las catacumbas, donde además del fresquito que hace bajo tierra, podrás sentir los ecos de las primeras comunidades clandestinas de cristianos. El país más chiquito del mundo El corazón del catolicismo es un elemento fundamental del atractivo histórico y cultural de Roma. La Ciudad del Vaticano es al mismo tiempo uno de los centros religiosos más visitados del mundo, la residencia permanente del Papa, y el país más pequeño del planeta. Además, cuenta con las impresionantes obras de arte y arquitectura de la Capilla Sixtina y la Basílica de San Pedro, así como con una de las mayores colecciones de arte del mundo, albergada en los Museos Vaticanos. Así que, aunque sea el país más chiquito del mundo, vas a necesitar mucho tiempo para explorarlo. Aparta todo un día para esta actividad, y asegúrate de que cumples con el código de vestimenta para la visita (tendrás que llevar los hombros cubiertos, y no están permitidos la gorra, los pantalones ni las faldas cortas), pero si te pilla de sorpresa, no te apures: a la entrada venden ponchos para los desprevenidos. Picnic en Roma Un día que no haga demasiado calor, ir de picnic a una de las colinas de Roma es una idea excelente para descansar de la ajetreada vida de turista. Compra algo de comida para llevar, un vino fresco, y dirígete a uno los jardines y parques de la ciudad, algunos con vistas incomparables. En el Jardín de los Naranjos (Giardino degli Aranci), en la colina Aventina, es un lugar mágico desde donde se puede ver hasta la colina Palatina y todas la torres y cúpulas que tus ojos puedan imaginar (hay una salumeria famosa muy cercana, la Volpetti, donde puedes comprar comida para tu picnic). Otro lugar con una vista panorámica de la ciudad es la colina del Janículo (Beldevere del Gianicolo). Desde un punto de este parque cada día unos guardias uniformados lanzan un cañonazo que anuncia las 12 del mediodía, con la idea de que todos los campanarios y relojes de Roma estén sincronizados (una tradición que empezó antes de los teléfonos inteligentes, obviamente). Fuera de ese momento, la colina es un lugar tranquilo, con amplios espacios verdes para disfrutar de un picnic (y hasta una siesta). En este parque también se encuentra el jardín botánico de Roma, el Orto Botanico dell'Università di Roma "La Sapienza". El parque predilecto de los romanos es el de Villa Panphili, el más amplio y popular en el centro de la ciudad. Ve allí para sentir la vida cotidiana de Roma, relajarte entre los árboles y descubrir magníficos edificios y fuentes. Un día de excursión En caso de que el calor en la ciudad se vuelva realmente insoportable y tengas algún día extra en tu viaje a Roma en agosto, agarra tu traje de baño y ve de excursión a alguna de las playas cercanas a la ciudad. Hay muchas a menos de una hora de trayecto, y si vas entre semana no estarán demasiado abarrotadas. En nuestro artículo de Roma en julio te damos más detalles sobre las playas romanas, pero de todas formas aquí te va un mini resumen: Ostia, Fregene y Maccarese son tres lugares que puedes considerar para tu escapada al mar, y también Santa Severa, que, aunque se encuentra un poco más lejos, tiene el atractivo añadido de un antiguo castillo medieval a la orilla de la playa. No solo está el mar; también puedes escaparte al lago Bracciano, también a una hora de Roma. El agua de este lago surte a la ciudad, y por eso no se pueden practicar aquí los deportes acuáticos ni utilizar lanchas motoras. La calidad del agua es excelente para nadar, y puedes visitar los pueblos de Bracciano o Manziana para comer y disfrutar las vistas. Para terminar... Un par de consejos más: si puedes, renta una Vespa por unos días. Es la manera más fresquita de moverte por la ciudad, y son fáciles de estacionar. En su defecto, también puedes alquilar una bici eléctrica por unas horas y hacer alguna de las rutas que te propone la autoguia con la que viene equipada la bici. ¡Tómate un café a nuestra salud en la legendaria cafetería Sant’Eustachio! Nuestro último consejo es que no vayas a Roma sin tu pase de Go City, con el que podrás ahorrar en la entrada a las atracciones principales de la ciudad y completar tu itinerario con algunas de las experiencias y actividades que están en nuestra lista. ¡Fai un buen viaggio!
Anna Rivero
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Roma en julio: consejos prácticos y algunas ideas refrescantes

Para que tu viaje a Roma en julio salga lo mejor posible, tienes que ir preparado para pasar calor, y hacer todo lo posible por protegerte del sol. Históricamente es el mes más caluroso del año (incluso más que agosto), con temperaturas que rondan los 30° C de media, pero que a menudo superan los 35° C. Te puede tocar una ola de calor con temperaturas que superen los 40° C. Aquí te dejamos nuestros consejos para el mes de julio en la Ciudad Eterna, unas cuantas ideas para salir de la ciudad en caso de que tu viaje sea un poco más largo y tengas tiempo y ganas de nadar en el mar, y, por último, cerramos el artículo con los eventos y programas veraniegos que ofrece la ciudad. ¡Prepárate! Ok, ya lo sabes. Hace calor. Pero con un poco de planeación (y paciencia para las filas), todo irá bien. Es cosa de ser precavido: Reserva las entradas a las atracciones más populares como el Coliseo o los Museos Vaticanos con mucha antelación, y ve a visitar los sitios arqueológicos que están a la intemperie lo más temprano que puedas. Lleva ropa ligera y cómoda, sombrero, lentes para el sol, sombrero, crema de protección solar, y un sombrero. ¿Ya lo entendiste? Vas a necesitar un sombrero : ) Trae tu botella de agua reusable. En Roma el agua de la llave (el grifo) es potable y de alta calidad. Además, la ciudad dispone de muchas fuentes de agua (algunas muy hermosas y antiguas). Puedes bajarte una aplicación para encontrarlas o consultar la ubicación de las fuentes en una página web. Refúgiate del sol en la frescura de los museos. Visítalos en las horas más calurosas del mediodía. ¡Aprovecha para conocer las catacumbas! La temperatura es deliciosa bajo tierra. Renta una Vespa si puedes. A nosotros nos encanta caminar, pero entendemos que con estas temperaturas tal vez no sea lo más adecuado. Utiliza el autobús turístico, que tiene aire acondicionado y paradas en lugares de interés más prominentes de Roma. ¡Toma muchos helados! El mar está muy cerca Haz como los romanos, y ve a buscar el frescor de la brisa del Mediterráneo. La playa más cercana es Ostia: el antiguo puerto romano es más conocido por el bello yacimiento arqueológico de Ostia Antica, pero también es el lugar perfecto para una pequeña excursión. En transporte público llegas en poco más de una hora, y en auto, en unos 40 minutos (dependiendo del tráfico). Para los jóvenes, los noctámbulos y los fiesteros están las playas de Fregene y Maccarese, también bastante cerca de Roma. Los bares y restaurantes se alinean en el paseo marítimo, y hay un ambiente festivo hasta altas horas de la noche. Pero tal vez nuestra favorita sea la playa de Santa Severa, que se encuentra a los pies del castillo del mismo nombre, un imponente edificio del siglo XI que se puede visitar. Santa Severa es un lugar tranquilo y apacible, especialmente indicado para quienes buscan paz y tranquilidad lejos del bullicio de Roma. Si buscas un lugar aún más aislado, prueva la playa de Sabaudia. Pero tal vez la más bella sea Anzio, con su entorno de postal: arena dorada, agua clara, acantilados y un pintoresco pueblecito. Si dispones de más tiempo o quieres aventurarte más lejos, te recomendamos la playa de Sperlonga, a medio camino entre Roma y Nápoles (a dos horas aproximadamente de Roma). Con sus aguas tranquilas y claras, es un lugar ideal para nadar, el pueblo es precioso, y puedes visitar la Villa de Tiberio, las ruinas de una casa que el emperador construyó frente al mar. Cine, música y un festival a lo largo del Tíber La isla del cine Cada verano, la Isla Tiberina, situada entre Pons Fabricius y el barrio de Trastevere, se transforma en una isla mágica, la Isola del Cinema. Desde finales de junio hasta principios de septiembre es la sede de un festival de cine que dura todo el verano. El festival ofrece un amplio programa de proyecciones al aire libre de grandes películas italianas y de todo el mundo; ciclos especiales enfocados en algún director o movimiento específicos; charlas con directores y productores; cortos, largos, vanguardia, y cine clásico: en verano en Roma el cine se vuelve protagonista. (Además, la isla Tiberina es muy hermosa, por cierto. Si eres un doctor, has de saber que aquí se encontraba el tempo de Esculapio, dios de la medicina para los romanos. La isla siempre ha estado asociada con la sanación.) Concerti del Tempietto Durante todo el verano, el antiguo teatro romano de Marcelo, situado entre las ruinas del templo de Apolo Sosiano, cobra vida con un festival de música. Durante unos tres meses, los Concerti del Tempietto (“conciertos del templo chiquito”) ofrecen un impresionante programa de conciertos que abarca una amplia gama de géneros, desde música clásica hasta pop y jazz. Las entradas para el festival suelen incluir una visita guiada al sitio arqueológico en torno al teatro de Marcelo, en italiano e inglés, que explora los paralelismos entre el papel actual del lugar y su vocación original para las artes escénicas hace veinte siglos. Lungo il Tevere Lungo il Tevere ("A lo largo del Tíber") es un festival cultural que atrae a hordas de visitantes y espectadores de los eventos y actividades a lo largo del río. No es difícil detectar la llegada del festival a la ciudad, ya que las orillas del Tíber se cubren de repente con todo tipo de puestos, instalaciones artísticas y exposiciones interactivas. El evento suele durar todo el verano. Por la noche, podrá disfrutar de una amplia gama de espectáculos, actuaciones, obras de teatro e incluso conciertos organizados por bandas locales. Durante el día los muelles del Tíber asignados para el festival se convierten en una especie de exposición interactiva, con instalaciones artísticas únicas y competiciones deportivas para aficionados. El festival también incluye un mercado de pulgas y de artesanías, desde discos antiguos hasta joyas hechas a mano. El festival también acoge una serie de restaurantes, cafés y bares pop-up, que ofrecen comida y bebida local e internacional. Recapitulemos... Roma en julio se disfruta mejor siguiendo algunos consejos prácticos muy básicos para protegerse del calor y el sol, y sin duda, con el pase Explorer de Go City, que te permitirá ahorrar en las entradas a las atracciones principales de la ciudad (y saltarte algunas filas). Agarra tu sombrero, no olvides tu traje de baño, y disfruta de los más de 3,000 años de historia que esta fantástica ciudad ofrece. Una última recomendación: ve a la colina del Janículo al mediodía para ser testigo de una curiosa tradición: un cañonazo que puntualmente se lanza a las 12 del mediodía para sincronizar campanas y relojes. Desde allí puedes obtener unas magníficas vistas de la ciudad. ¡Roma te está esperando!
Anna Rivero

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